La esperanza de ver con vida a su hija, orillo a la mamá de Nayei Alfaro a recurrir al expolicía Julio Ceballos, el sobrino incómodo del alcalde municipal Enrique Galindo Ceballos, y quien además de presumir de investigador, también tiene antecedentes penales.
Este seudo investigador criminal, busca inmiscuirse en el dolor de los padres de la víctima para lucrar.
De lo que se sabe, la investigación tiene dos conclusiones:
Una de ellas es que la joven de 25 años está muerta, según múltiples indicios encontrados en la vivienda, entre éstas, manchas de sangre, pues al parecer pudo darle muerte con un arma blanca.
También se habla de una tercera persona involucrada, un hombre con el que Nayeli había empezado una relación cuando estaba también por plantearle la separación a Uriel. Esto último referido por la madre a algunas personas que la acompañan en sus protestas.
Esas últimas circunstancias parecen haber desatado la ira sin control del supuesto feminicida, quien llevado por los celos y por un instinto criminal cometió el acto cobarde de sacrificar a la inocente ama de casa con quien compartía un hogar y la alegría de un bebé de 2 años.
Nayeli fue asesinada en su casa; no tuvo ninguna oportunidad de defenderse ese miércoles 23 de marzo cuando por la madrugada fue atacada con saña por un psicópata con el que tenía pocos años viviendo en calidad de concubinos.
Lo que le sucedió a la madre de familia fue un asesinato por violencia familiar, y no producto de la inseguridad en la mancha urbana, como le gustaría a los creadores de fake news, quienes en los últimos días han estado realizando una campaña de psicosis.













